Nos encantan los pueblos en Madrid Mejores y se nos nota. Ya te hemos enseñado los pueblos más fresquitos de la Comunidad de Madrid así como los pueblos madrileños con menos habitantes. Pero hoy os venimos a hablar de un pueblo que se ha quedado paralizado en el tiempo, en el que podremos ver casas de pizarra y calles empedradas. Efectivamente, es como hacer un viaje en el tiempo mientras paseamos por uno de los pueblos más bonito de Madrid. Sigue leyendo, que te contamos cuál es, dónde lo encontramos y te recomendamos lo que tienes que visitar.
Estamos hablando de Patones de Arriba, situado en el corazón de la Sierra Norte de Madrid, a unos 60 kilómetros de la ciudad. Aquí tenemos este pequeño pueblo que nos permitirá realizar un viaje en el tiempo. Se trata como decimos de unos de los enclaves más bonitos que visitar en el Comunidad de Madrid. De hecho, está declarado como Bien de Interés Cultural desde 1999. Sus casas de pizarra negra y sus calles empedradas os enamorarán.
Su perfecta ubicación
En Patones es posible disfrutar de un pueblo escondido entre montañas, de paisajes creados por el agua, de una antigua ciudad romana, de huertas regadas por las aguas de un canal centenario, de numerosas infraestructuras hidráulicas, de rocas creadas en fondos marinos y de una sorprendente naturaleza.
Gracias a la privilegiada ubicación de Patones, en una zona de transición desde el punto de vista geológico, topográfico y paisajístico, es posible disfrutar de un medio natural único, con elementos de gran valor ambiental que incluyen recursos hidrológicos, una sorprendente diversidad de ecosistemas y numerosas especies de flora y fauna, de interés comunitario.
Cosas que no te puedes perder de Patones de Arriba
Patones de Arriba es uno de los mejores y más representativos ejemplos de la arquitectura de pizarra negra, siendo un ejemplo único en la Comunidad de Madrid, lo cual le ha hecho merecedor de ser declarado en el año 1999 Bien de Interés Cultural en la Categoría de Conjunto Histórico, por su gran valor etnográfico y ambiental.
Antigua iglesia de San José
En las escapadas rurales es habitual acercarse a visitar la iglesia del pueblo. En Patones de Arriba también es posible, aunque en la actualidad no se trate de un espacio de culto. Hoy en día este lugar alberga la Oficina de Turismo, una sala de exposiciones y una maqueta del entorno.
La antigua iglesia de San José era en 1653 una ermita con campanario hecha con piedra y cal. Un siglo después se convertiría en Iglesia (1753) y la vicaría permanente tuvo que esperar hasta principios del siglo XIX. Antes de que los vecinos bajaran a vivir a Patones de Abajo, la iglesia de San José contaba con tres retablos, el Mayor, el del Carmen y el de las Candelas. También, había imágenes de San José, Cristo de la Cruz, Virgen del Carmen, San Isidro, San Antonio y un cuadro de la Inmaculada.
Sus viviendas
En Patones de Arriba, fijándonos bien, se puede apreciar que hay una evolución entre las viviendas más antiguas y las de reciente restauración. Las primeras apenas tenían unos metros cuadrados, una sola planta y su cubierta pudo ser vegetal y de una sola agua. Pasados los siglos, posiblemente en el siglo XVII las casas se ampliaron en superficie aunque no en altura y posiblemente las cubiertas fueran también de pizarra. En el siglo XVIII comienzan a organizarse las casas formando calles, se construyen con dos alturas y cubierta a dos aguas con teja árabe.
Tinados y arrenes
Intercaladas con las eras encontramos los arrenes, cercados y tinados, todas construcciones relacionadas con la forma de vida de los antiguos vecinos de Patones.
Los tinados estaban destinados a cobijar los rebaños de ovejas y cabras. Eran cabañas ganaderas formadas por un corral con una puerta de acceso donde se elegían los animales para su ordeño y una zona cubierta con un pequeño zarzo para evitar que se escaparan. Dentro de la parte cubierta estaban los pesebres donde se echaba la comida de los animales.
Los arrenes son construcciones rectangulares realizadas a base de pizarra, de muro alto y sin cubierta ni divisiones internas. La característica peculiar de los arrenes es la ausencia de puerta, teniéndose que derribar una parte de la pared para acceder al interior. Los cercados tenían la misma estructura, pero de mayor tamaño. Los arrenes y cercados servían para sembrar el cereal y luego meter al ganado a que se lo comiera o segarlo para echarlo a los pesebres.
Eras
Los montes cercanos a Patones de Arriba además de un uso ganadero como pasto de cabras y algunas ovejas estaban cultivados de centeno. En la vega del Jarama, donde actualmente se sitúa Patones de Abajo se sembraba y se siembra trigo, centeno y cebada. Hoy en día las cosechadoras ahorran un durísimo trabajo que antaño debían realizar los vecinos sin apenas maquinaria.
Las eras están documentadas en el siglo XVIII y se destinaban a las labores de la trilla y aventado del cereal maduro, la ‘mies’ para separar la paja del grano. De estas labores se aprovechaba todo; el grano para hacer harina y pan, y la paja para alimento y forraje de los animales.
Lavadero y Fuente Nueva
El lavadero y la fuente datan de principios del siglo XX. La conocida como Fuente Nueva ya tiene más de un siglo pues data de 1908 y tenía la función de acercar el agua a los vecinos de Patones. La presilla es mucho anterior, al parecer es una construcción asociada a un antiguo molino que se situaba donde hoy está el lavadero. El molino, gestionado por el Ayuntamiento de Patones constituyó junto a una antigua fragua, el patrimonio municipal hasta el siglo XIX. Aun hoy puede verse la piedra de moler junto al pilón de la fuente.
Antiguos hornos
Los hornos en Patones de Arriba, al igual que en otros pueblos serranos, se utilizaban fundamentalmente para cocer el pan, que era el alimento básico en las familias patoneras. Las hogazas eran por lo general de harina de trigo, que se cultivaba en la vega del Jarama, aunque en épocas de escasez recuerdan los mayores del municipio que también se hacía pan de centeno, cereal de poco rendimiento, que se cultivaba en las zonas más abruptas y sobre suelos de pizarra.