Madrid no sólo es bonito por sus grandes avenidas y sus edificios históricos, sino también porque guarda rincones secretos muy especiales que puedes descubrir si conoces bien las curiosidades de la ciudad. Una de las preguntas que solemos hacernos es, ¿Cuál es la calle más corta de Madrid? Pues bien, se trata de una respuesta que te va a sorprender.
Muchos son los que piensan que este título le pertenece a la calle Rompelanzas, pero la realidad es diferente -aunque esta ocupa el segundo puesto con 14,50 metros sobre plano-. El primer puesto se lo lleva la Travesía del Biombo, situada en distrito Centro de la capital. Con una longitud de 14.25 metros, consta en el callejero municipal como la calle más pequeña de Madrid.
Un paseo por la travesía del Biombo
La travesía del Bimbo comienza en la plaza San Nicolás y termina en la calle del Biombo. Con tan solo unos pocos metros de longitud, este diminuto rincón situado en pleno centro de la ciudad, es fácil de pasar por alto si no se sabe dónde buscar.
Pero su tamaño no le resta importancia a su singularidad, ya que se trata de una calle con mucha historia. Su nombre proviene de un biombo que se encontraba en esta calle, cuyo fin era proteger una imagen religiosa que había en la travesía, brindándole un toque de misterio y privacidad. Este detalle refleja una bonita tradición madrileña de nombrar calles con hechos históricos y características peculiares.
Es una de las calles de Madrid que te transportan a épocas pasadas. Con su estrechez y sus edificios, sentirás que te encuentras en la vieja capital. Una calle que mantiene la esencia de la arquitectura de la zona, con balcones que casi rozan unos que otros.
Hoy en día, la Travesía del Biombo sigue siendo un rincón tranquilo y poco transitado, lo que la convierte en un refugio perfecto para aquellos que buscan un paseo alejado del bullicio turístico. Un lugar ideal para los que disfrutan descubriendo los pequeños tesoros ocultos que Madrid tiene para ofrecer.
La Segunda calle más corta de Madrid
Aunque la mayoría de personas piense que la Calle de Rompelanzas es la más pequeña de Madrid, la realidad es que ostenta el segundo puesto por unos centímetros. Su nombre, que podría traducirse como «romper lanzas», se remonta a la Edad Media, cuando la calle era una simple y estrecha vía que formaba parte del entramado de Madrid. Aunque la exactitud del origen de su nombre se ha perdido en el tiempo, algunos sugieren que podría hacer referencia a un lugar donde se practicaban juegos o torneos con lanzas, o quizás a un algún incidente -ya que por su estrechez podría ser difícil que pasara una lanza por esta calle-.
Pasear por Rompelanzas es una experiencia curiosa ya que se atraviesa en apenas unos segundos. A lo largo de su minúsculo recorrido, se puede apreciar la arquitectura tradicional madrileña y es un ejemplo perfecto de los secretos que Madrid guarda en su vasto tejido urbano.
Este pequeño rincón junto con la Travesía del Biombo es una muestra de que la capital siempre tiene algo nuevo que ofrecer, incluso para aquellos que creen conocerla bien.