Madrid es una de esas ciudades hecha por y para todos porque si algo define bien a esta ciudad es que su gente acoge a todo el mundo y serás uno más da igual el tiempo que lleves aquí. Eso sí, no te van a considerar gato porque los requisitos para ser uno de ellos son bien complicados y daría para una película tipo ‘7 apellidos vascos’.
Y no sabemos si es por lo del famoso dicho ‘donde fueres haz lo que vieres’ o porque las buenas costumbres se pegan, pero hay cosas que vas a acabar haciendo si te mudas a Madrid. Da igual que hayas renegado toda tu vida de los madrileños, que te hayas reído de algunas de sus costumbres, de su acento, de las palabras madrileñas como ‘mazo’ o ‘macas’ o que creas que por mucho tiempo que vivas aquí vas a seguir siendo un abanderado de tu tierra: lo madrileño se pega y eso es un hecho del que no vas a poder huir.
Y para comprobar que eres un buen madrileño o que con el paso de los años te has convertido en uno de ellos, el creador de contenido Álvaro Casares nos trae una lista de todas las cosas que hace un ‘madrileño bien’ en verano y créenos cuando te decimos que te vas a sentir muy, pero que muy identificado con todas ellas.
Los consejos para un ‘madrileño bien’ en verano
- Ir a la costa: según Álvaro Casares, el buen madrileño se piensa que Gandía es un barrio más de Madrid y no le falta razón, porque el paseo marítimo de la localidad valenciana se convierte en una extensión de la Gran Vía durante los meses de verano.
- El agua del grifo y las garrafas: si ves a alguien llevando garrafas de agua por un municipio de la costa española, no lo dudes, es madrileño. Para los madrileños el agua es de las cosas más sagradas de este mundo y si no lleva garrafas, le reconocerás porque te hará la mítica pregunta que hace todo ‘madrileño bien’ cuando sale de la región: ¿el agua del grifo se puede beber? Porque sí, lo confirmamos, no hay nada como el agua de Madrid.
- El pueblo: tener pueblo es un bendición y sobre todo si cada verano planeas una escapada con la familia. Reunirse en la puerta de la casa con las sillas plegables a tomar el fresquito cuando el sol ya se ha escondido es uno de los mejores planes del verano, seas o no seas madrileño. Pero, ¿cómo distingues a un buen madrileño en un pueblo? Pues según Álvaro Casares -al que no le falta razón- es muy sencillo: les sorprende incluso una ermita.
- Los acentos: la disputa por quién es la provincia con menos acento de España permanecerá durante el resto de los tiempos. En Madrid siempre vamos a defender que no tenemos acento -aunque sabemos que somos muy reconocibles- y que este será el español más puro que podrás escuchar. Aunque debemos reconocer que a todos los madrileños en algún momento de nuestra vida nos habría gustado tener algún acento de España como el gallego, el andaluz o el vasco.
- La Mahou: es nuestro mayor tesoro, nuestro oro líquido, la bebida por la que daríamos hasta el último céntimo de nuestra cartera. Da igual dónde vayas, si eres madrileño vas a pedir una Mahou fresquita y si te ponen una Cruzcampo…, no sabemos lo que puede pasar.
- Las obras: en realidad la verdadera razón por la que los madrileños huyen de Madrid cada verano no es por el tiempo porque no tengamos playa o cualquiera de esas cosas que dicen de nosotros en el resto de España. La realidad es que nos vamos de Madrid porque el verano es para las obras y nosotros, que somos muy responsables y respetuosos, cogemos nuestras maletas y dejamos que las obras sigan su curso para que cuando volvamos en septiembre todo esté perfecto para la vuelta al cole.