La historia de Madrid está plagada de secretos que muchos desconocen. Los siglos de historia que esconden las calles de la ciudad guardan miles de curiosidades de lo más interesantes que podríamos escuchar durante horas y es que la capital de España tiene mucha vida a sus espaldas. Pero hay algo que llama la atención por encima de todo y ese es el apodo con el que mucha gente se refiere a los madrileños. Seguramente hayas escuchado en más de una ocasión que a los habitantes de Madrid se les llama ‘gatos’ y es probable que más de un local te haya corregido porque esta es una palabra que no se puede utilizar en vano ya que un auténtico ‘gato’ debe cumplir ciertos requisitos. Pero, por qué se llama ‘gatos’ a los madrileños y de dónde viene este nombre, pues su historia es algo larga y llena de curiosidades.
Por qué a los madrileños se les dice ‘gatos’
Para entender por qué a los madrileños se les llama ‘gatos’ debemos retroceder en el tiempo nada más y nada menos que hasta la época de la Reconquista. Aunque hay varias teorías, la más aceptada tiene su origen en la toma de Madrid por parte de las tropas de Alfonso VI en el pasado siglo XI, concretamente en el año 1085.
Las tropas del Rey aguardaban para conquistar lo que todavía se denominaba como Mayrit, pues la ciudad estaba bajo el dominio árabe en aquellos momentos, y esperaban para asaltar la gran muralla construida por orden de Muhammad I en el año 852.
Según cuenta la leyenda, durante el asedio a la ciudad hubo un soldado que mostró una agilidad excepcional a la hora de escalar la muralla valiéndose tan solo de una daga que iba clavando en la pared para ayudarse a subir. Sus movimientos eran tan ágiles, rápidos y livianos como los de un gato y su acto de valentía permitió que el resto de las tropas pudieran acceder a la ciudad y conquistarla alzando la bandera cristiana.
La destreza de este soldado subiendo la muralla de piedra fue lo que le hizo ganarse el apodo de ‘gato’ y le gustó tanto el reconocimiento de sus compañeros que decidió cambiar su apellido y pasar a utilizar el de Gato, que se convirtió en uno de los apellidos más conocidos de la ciudad.
A partir de ahí, este apodo se empezó a utilizar para denominar a las personas valientes que demostraban no tener miedo como este soldado y su uso comenzó a extenderse de tal forma que se empezó a utilizar para todas las personas nacidas en Madrid.
Sin embargo, hoy en día ser un auténtico ‘gato’ de Madrid no es nada sencillo porque tienes que cumplir unos requisitos que van más allá de haber nacido en la ciudad.
Requisitos para ser un auténtico ‘gato’
A día de hoy existen muy pocos ‘gatos’ auténticos porque para serlo hay que cumplir con un requisito fundamental: sólo se les considera ‘gatos’ a los madrileños de tercera generación, es decir, aquellos cuyos abuelos y padres han nacido en Madrid.
Y, ¿por qué decimos que es muy complicado ser un auténtico ‘gato’? Pues bien, esto se debe a los movimiento poblacionales. Madrid es una ciudad que históricamente ha acogido a personas de toda España que salían de las zonas rurales para buscar una vida mejor en la gran ciudad y desde entonces son muchas las familias que se instalaron en la capital y tuvieron descendencia nacida en la capital. Sin embargo, estas familias no cuentan todavía con varias generaciones de nacidos en Madrid y por lo tanto no son denominados ‘gatos. En solo unas décadas, estas familias contarán con una tercera generación de madrileños y se espera que el número de ‘gatos’ crezca considerablemente.
Un símbolo de identidad
El apodo ‘gato’ se ha convertido en algo más que un sobrenombre y es ya un símbolo de la identidad madrileña y de esa mezcla de historia, cultura y espíritu comunitario que se respira en la ciudad de Madrid.
Los madrileños llevamos el apodo de ‘gato’ con mucho orgullo conscientes de lo que ello supone porque significa pertenecer a una ciudad llena de historia y con un carácter que la hace única.
Lo mejor de todo es que este apodo nos gusta tanto a los madrileños que puedes encontrar numerosas referencias a él en obras de arte, canciones e incluso en películas porque si hay algo común a todos los madrileños, sean gatos o sean de acogida, es que amamos esta ciudad y a su gente por encima de todas las cosas y llevamos orgullosos el nombre de Madrid por cualquier parte del mundo.