Un fin de semana en Madrid, lugar donde la historia se mezcla con la modernidad y la gastronomía española se da cita en su mejor versión en toda clase de bares y restaurantes, quizá no sea suficiente para explorar esta fascinante ciudad en profundidad. Descubriremos que la gracia de esta ciudad no está sólo en sus museos o teatros, sino también en comer unas tapas de autor y cenar un bocata de calamares, en pasear por el Retiro o disfrutar de los bares de Malasaña. Aquí te presentamos un hipotético itinerario de 48 horas, para que tengas una referencia, lleno de experiencias culturales y culinarias que no querrás perderte.
Es recomendable que antes de la llegada del viernes por la tarde, la elección del alojamiento esté planificada e, incluso tengas una reserva. Hoy día, la decisión se complica por la proliferación de opciones de mucha calidad en la capital. Pero una vez hecho el trámite, la cuestión es moverse hacia donde se desee en transporte público. Si estás cansado del viaje, lo mejor es un plan tranquilo, por lo que proponemos ir en dirección al Paseo del Prado y su Triángulo del Arte.
Museo del Prado
Si bien puedes elegir según tu gusto entre los tres museos principales de la ciudad ubicados en el Triángulo del Arte, hay un lugar que es imprescindible visitar además del Thyssen y el Museo Nacional de Arte Reina Sofía, que es el Museo del Prado. Lo ideal sería crear una visita tematizada en función de las exposiciones que haya en ese momento o visitar la que más te guste, ya que dispones de sólo 48 horas.
Para ayudarte a elegir la temática de la visita, podemos contarte que este museo conserva una colección completa de pintura española desde la Edad Media hasta el siglo XIX, ya que del siglo XX se ocupa el Reina Sofía.
Además, cuenta con piezas de la escuela italiana y flamenca de un inmenso valor. Si destacamos algunos imprescindibles nos encontramos, como no, con “Las Meninas” de Velázquez, además de la exhibición de gran parte de su obra concentrada en una sala central. “Los Fusilamientos del 3 de mayo” de Goya, igualmente mostrado con otras de sus obras maestras en otra sala, o “El Jardín de las Delicias” del Bosco, sin olvidar los magníficos cuadros del Greco, Rafael o Rubens.
Parque del Retiro
Para relajarse después de la nota cultural, tenemos cerca del Museo del Prado el extenso Parque del Retiro, el pulmón de Madrid. Puedes alquilar una barca en el lago, pasear por los jardines o admirar el Palacio de Cristal, una estructura de vidrio impresionante. Aunque lo mejor puede ser dejarse llevar por todos sus recovecos para vivir el atardecer y por alguno de los misterios de este parque Patrimonio Cultural de la Unesco.
Barrio de las Letras
Siguiendo la tarde noche de esta escapada de fin de semana, en esta zona de Madrid queda cerca el Barrio de las Letras, donde ir de tapas y cañas. Un plan perfecto para visitar buenos restaurantes en la Plaza Santa Ana o en la calle Huertas, para todos los gustos y con un muy buen ambiente. Aquí vivieron Cervantes, Tirso, Lope y Góngora, y no es casualidad que nos encontremos en este mismo lugar con el Teatro Español. Como curiosidad de este barrio, se puede ver en el 87 de la calle Atocha la Imprenta Juan de la Cuesta, donde se imprimió por primera vez “El Quijote” en 1605, sede actual de la Sociedad Cervantina.
Así es que, una visita al Museo Del Prado a primera hora de la tarde, seguida de un paseo por el Parque del Retiro y acabar en algún restaurante del Barrio de las Letras, puede ser un gran plan para las primeras horas en la capital y prepararse para el día siguiente.
Sábado por la mañana. Tras el desayuno tempranero en alguna de las churrerías ilustres de la calle Mayor, una buena idea puede ser situarse en el kilómetro 0, con la Puerta del Sol como punto de partida del día para echarse unas fotos con el Oso y el Madroño, y admirar la Casa de Correos en esta icónica plaza.
El Madrid de los Austrias
La siguiente parada es, inevitablemente, la Plaza Mayor, con sus cercanos encantos, el Arco de Cuchilleros o el Mercado de San Miguel. Esta plaza es el centro arquitectónico del Madrid de los Austrias y también el núcleo turístico de la capital, donde el Centro de Turismo Plaza Mayor ofrece visitas guiadas. Los puestos de los mercadillos o el restaurante Botín, el más antiguo del mundo, además de los bares que rodean la plaza, son un gran reclamo para el turismo.
Con este itinerario marcado, es un placer visitar las ubicaciones esenciales del Madrid de los Austrias, es decir, el monasterio de la Encarnación, la plaza de La Villa, la plaza de Ópera con su magnífico teatro, el Monasterio de las Descalzas Reales o la Casa de Cisneros.
El Madrid Borbónico
Otra ruta alternativa, o complementaria, podría ser el Madrid Borbónico, con el Palacio Real como ejemplo paradigmático, junto con la catedral de La Almudena. El Palacio es la residencia oficial de los monarcas españoles, sede del antiguo Alcázar. Es el más grande de Europa Occidental y uno de los más grandes del mundo. Además, sigue siendo una de las pocas residencias oficiales de Jefes de Estado abiertas al público.
Gran Vía, Plaza España y Templo de Debod
Después de haber comido en algún restaurante castizo o en alguno con cocina de autor, el siguiente paso sugerido nos lleva a la Gran Vía para, quizás, ir de compras o simplemente ver el ir y venir de la gente en una calle principal de una gran ciudad. Nos encontraremos con el Edificio Telefónica y con algunos otros que supusieron el inicio de la modernización de Madrid, como el edificio Metrópolis.
Siguiendo por la plaza Callao, nos encontraremos con la Plaza de España con su zona ajardinada. Allí se encuentra el monumento a Cervantes. Y si tienes tiempo, no puedes marcharte sin visitar el Templo de Debod, un regalo del gobierno egipcio para España, para acabar con las vistas del mirador de la Montaña del Príncipe Pío. Sólo nos quedaría ir a algún restaurante de nuestro gusto para redondear la noche y, para eso, hay muchas y variadas opciones por la zona.
El Rastro y La Latina
Estamos ya en el domingo por la mañana, después de la jornada agotadora del día anterior, para relajarnos en el Rastro, el mercadillo ambulante con más solera de Madrid de domingos y festivos. Aquí podrás descubrir antigüedades y productos artesanales que no podrías encontrar fácil en otro sitio.
Situada en la empinada calle de Ribera de Curtidores, cuenta con muchas tiendas especializadas, con productos nuevos o de segunda mano. Entre tanta tienda no faltan los bares típicos para tomar un vino, una cerveza o un vermú de grifo con una tapa de paella o un bocadillo de calamares, ni restaurantes tradicionales en los que degustar un buen cocido o unos callos.
Pero si queremos abarcar un poco más en la visita, sugerimos desplazarnos a La Latina, uno de los barrios con más vida de la ciudad. Destacar allí algunas de las calles más castizas de Madrid, la Cava Alta y la Baja, donde podemos encontrar el Rincón de Lucio, restaurante de mucha historia para probar sus emblemáticos huevos con patatas.
Con este itinerario sugerido de 48 horas, tendrás una muestra inolvidable de la cultura, el arte y la deliciosa comida que te pueda dar un fin de semana en Madrid. Pero la sugerencia verdadera es que puedas dedicar más tiempo a esta maravillosa ciudad y conocerla más a fondo.