Si te hablamos de José y Emilio es posible que sean nombres que no te suenen de nada o no te resulten familiares, pero si hablamos de los heavys de Gran Vía la cosa cambia porque no hay madrileño que no conozca a estos gemelos que llevan años reuniéndose en la misma zona la de la mítica calle de la capital.
Estos gemelos se ha convertido en un auténtico icono de Madrid y no es para menos porque da igual cuándo pases, ellos estarán ahí, clavados frente al número de la Gran Vía donde en su día estaba situada la tienda de discos Madrid Rock, a la que eran asiduos.
De hecho es el cierre de esta tienda el motivo por el que los heavys de la Gran Vía permanecen cada día en este punto de la céntrica calle de Madrid y es que se lo toman como una forma de protesta y una manera de reivindicar el heavy metal y el rock.
José y Emilio Alcázar, los heavys de Gran Vía
Nacieron en el año 1966 y sus primeros años de vida se desarrollaron en el castizo barrio de Chamberí pero el destino les llevó a mover su vivienda habitual al barrio de Tetuán, donde residen a día de hoy.
La década de los 80 la vivieron de lleno y en plena movida madrileña, José y Emilio Alcázar y su círculo más cercano coquetearon con algunas drogas, una lacra que les llevó a perder a algunos de sus amigos más íntimos.
Durante esta época y en la década de los 90, la calle Gran Vía de Madrid era el paraíso de los melómanos. Las tiendas de discos y vinilos, de películas o tiendas de segunda mano que había repartidas por el centro de Madrid eran innumerables y José y Emilio Alcázar eran frecuentes en ellas. Pero poco a poco estos comercios empezaron a desaparecer para dejar paso a grandes cadenas de ropa y de restauración y el peor golpe llegó con el cierre de Madrid Rock, una de las tiendas más emblemáticas de la ciudad y muy especial para los gemelos de Gran Vía.
«Era una calle con mucha alma, con gente de muchos pelajes, ahora es otra cosa», dicen con nostalgia sobre cómo ha cambiado esta céntrica calle de Madrid y añaden «mientras sigamos aquí, la tienda también está».
Pero este golpe no fue suficiente para que ellos abandonaran la que había sido su segunda casa durante años y da igual que haga cerca de dos décadas desde el cierre de Madrid Rock, porque los heavys de Gran Vía siguen fieles a su costumbre de ir andando hasta la zona para pasar allí el día rodeados de turistas y algún que otro local que les reconoce e incluso les para para pedirles un selfie.
La vida de los heavys de Gran Vía
José y Emilio Alcázar pasan cada día en su rincón del número 25 de la Gran Vía y cuando empieza a caer la noche regresan a su casa en el madrileño barrio de Tetuán. Tienen claro que la vida nocturna ya no es para ellos e incluso recomiendan a los jóvenes tener cuidado al coquetear con algunas sustancias porque saben que eso no suele tener un final feliz.
Ahora, alejados de las drogas y el alcohol, los heavys de Gran Vía sobreviven con lo justo en su pequeña casa de Tetuán y se alimentan a base de lo que encuentran en la basura. Son conscientes de que los tiempos han cambiado y quienes caminan por el centro de Madrid cada vez dan menos propina, pero nada les impedirá seguir en la que ha sido su segunda casa desde hace años.